Las fibras se pliegan con precisión en simetrías imposibles, una y otra vez, dominando la materia. Esta va cobrando vida con festones y dobleces, creando vértices donde anidan las ilusiones. El procedimiento aúna técnica, tradición e innovación. Al finalizar, surge la escultura, única, irrepetible. Es materia, geometría, imaginación, pensamiento… es creación, es mujer.